César Pompeyo es un niño que se porta siempre muy mal. Su mamá le da dos azotes en el culete cada vez que hace algo malo. Un día el culete se harta de recibir tantos azotes y se marcha mientras César duerme. Ahora César no puede sentarse, ni montar en los caballitos, ni en bici, ni hacer muchas cosas porque ya no tiene culete. Finalmente el niño le pide que vuelva y le promete que a partir de ahora se va a portar muy bien. Así que el culete vuelve y César Pompeyo se convierte en un niño muy bueno.
Este cuento hace a los niños reflexionar sobre su comportamiento, incluso a portarse bien para evitar que su culete se vaya como le pasa a césar.
María Bilbao
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