Dulce
era una adorable hada que vivía en una casa de acogida en Lamu (Kenia). No
conocía otro lugar que no fuera ese porque su madre no podía hacerse cargo de
ella y la dejo en esa casa cuando apenas tenía pocos días.
Cada
dos semanas, varias familias de hadas de diferentes lugares acudían a la casa
de acogida para apadrinar a las hadas e intentar darles una vida mejor. El
mayor deseo de la pequeña Dulce era tener una madre que la pudiera dar ese
cariño que nunca había tenido. Por suerte, Carmen apareció en la vida de Dulce.
Carmen
era un hada madrina bastante adinerada. Tenía un hijo de 8 años llamado Mario.
Al llegar a la casa de acogida, Carmen y su marido se encariñaron rápidamente
de Dulce y decidieron acogerla y ser sus padres adoptivos.
Dulce
tenía 3 años y no la hizo mucha gracia tener que dejar la casa de acogida y a sus
amigos, pero al llegar a España rápidamente se acomodó a la nueva casa y a su
nueva familia. Ahora ya no tenía que compartir habitación o pasar hambre porque
Carmen la había preparado una habitación preciosa llena de juguetes y siempre
la daba todos los caprichos que ella pedía.
Todo
parecía muy feliz menos para Mario que no podía evitar tener celos de Dulce
porque desde que había llegado a la casa todos los caprichos y toda la atención
era para ella y él ya no era el niño de la casa sino que se había hecho mayor
de un día para otro y ya no tenía tanta atención por parte de sus padres como
antes estaba acostumbrado. Un día aprovechando que su madre estaba en el salón,
decidió entrar en la habitación de Dulce y tirar todos los juguetes por la
ventana de la casa, también aprovechó para cortarla las alas a su hermana.
Debido al escándalo que se había producido con la caída de juguetes la madre
subió rápidamente a la habitación y allí vio como Mario le estaba cortando las
alas, rápidamente lo castigó en su habitación. Afortunadamente las alas de
Dulce volvieron a crecer con el tiempo.
Fueron
pasaron los años y Dulce ya era una más de la familia, ahora tenía 13 años y su
hermano 18. Durante todo ese tiempo los
hermanos nunca se habían llevado bien y Mario nunca había querido a su hermana,
siempre que podía aprovechaba para hacerla la vida imposible.
Dulce
siempre se fijaba en sus primos y sus amigos y envidiaba mucho la relación que
tenía con sus hermanos, por más que intentaba buscar soluciones nunca conseguía
un acercamiento con su hermano. Se
acercaba el cumpleaños de Mario y Dulce como sorpresa decidió regalarle una
tarta con un sobre, en el sobre ponía: ¨te quiero y quiero que seas mi hermano¨.
Mario, cogió el sobre y lo rompió y tiró la tarta a la basura, desde aquel
momento, Dulce dejó de intentar tener una buena relación con su hermano.
Con
el tiempo, ambos hermanos perdieron la relación, Dulce encontró el amor de su
vida y se fue a vivir con él, parecía que la vida de Dulce iba siendo cada vez
mejor hasta que poco tiempo después los padres fallecieron. A pesar de ello,
Dulce tenía un gran apoyo en su familia y en su marido y entendía que por mucho
que la doliera tenía que seguir viviendo e intentar seguir siendo feliz, deseo
que consiguió cuando fue mama y tuvo unos preciosos hijos que la llenaron la
vida de felicidad.
Mientras
tanto, por otro lado, el fallecimiento de los padres afectó mucho a Mario
porque estaba solo y no tenía a nadie en quien apoyarse porque debido a la
envidia que siempre tenía de todos se había alejado y no tenía a nadie a su
alrededor. Mario decidió llamar a Dulce para pedirla perdón y decirla que él
también la necesitaba como hermana. Tras hablar durante horas, ambos se dieron
un gran abrazo. Unos días después Mario se iría a vivir a la casa de su hermana
para conseguir ser una familia feliz.
Jennifer Andrés Acebrón.
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